viernes, 27 de junio de 2008

Misiones de discurso o de turismo...

(Por Diego Bogarín)

En medio del acto del Día de la Bandera, el gobernador de Misiones, Maurice Closs, criticó “los traslados de las fechas patrias para fomentar el turismo” y bajó la orden a legisladores y funcionarios provinciales de mostrarse a favor de una nueva manera de recordar la Historia. Los diputados nacionales, el Ministro de Educación y los encargados de las áreas turísticas en la provincia, ya estudian las vías para cumplir esa directiva.

Las leyes nacionales 21.329/76; 23.555/78 y 24.445/94 y sus reglamentaciones regulan esta cuestión. En 1976, el gobierno de facto del general Jorge Videla estableció 10 feriados nacionales y un día no laborable; 12 años después, Raúl Alfonsín dispuso la movilidad de los que caigan en días hábiles exceptuando el 1º de enero, el Viernes Santo, el 1° y 25 de Mayo, 20 de Junio, 9 de Julio, 17 de Agosto y 8 y 25 de Diciembre y, en 1994, Carlos Menem resolvió volver trasladables también los feriados que conmemoran la muerte de Manuel Belgrano y de José de San Martín, exclusivamente para construir fines de semanas prolongados.
Misiones es la segunda provincia más pequeña del país después de Tucumán, pero también la segunda en recibir visitantes detrás de Río Negro con su inamovible Bariloche. Los cientos de destinos alternativos distribuidos en sus 29 mil kilómetros cuadrados, podrían permitirle vivir de una industria sin chimeneas, pero las políticas no acompañan las bellezas naturales.

No alcanza con discutir la movilidad de los días o proponer la construcción de “puentes de días no laborables desde el feriado hasta el fin de semana”. Los proyectos de la tierra colorada más bien deberían evitar que se continúen eliminando miles de hectáreas de bosque nativo para producir pino, deberían elegir entre un Paraná sano o las papeleras que operan en su margen y decidir si se quieren los Saltos del Moconá o las represas sobre el río Uruguay. Todo no se puede. Y Misiones merece que el turismo sea la base de su desarrollo.

miércoles, 18 de junio de 2008

La Cuasiperfección de Cristina

(Por Diego Bogarín)


Como reviviendo un 17 de octubre bizarro, la plaza se fue colmando desde la mañana. Las estructuras armadas ayer para contener a la gente y el escenario imponente eran testigos de los grupos que, por oleadas, iban acercándose desde distintos rincones del país. La organización se preocupó y ocupó de que cada provincia aporte una nutrida participación al evento. Y le salió bien.

Los colectivos que se movilizaron desbordaron la avenida más ancha del país al descargar su pasaje en el centro de la Capital "Federal". La 9 de Julio, la Independencia, la Córdoba y las arterias periféricas debieron restringirse al tránsito y ser de uso exclusivo a partir del mediodía. Todo salió como estaba previsto, hasta que lo imprevisto fue protagonista: no se pudo predecir que un viejo farol de la plaza donde se alzaban las pancartas, iba a cobrarse la vida de un joven tucumano que apenas alcanzó la mayoría de edad.
Las columnas sindicales aportaron tambores y colores y miles de argentinos que se acercaron a escuchar el discurso de la presidente que aseguraban haber votado… o a cobrar el dinero que desde distintos medios denunciaban: en Misiones, empleados estatales aseguraron que les ofrecían $200 para que formen parte de la comitiva oficialista. A lo que se le sumó el clásico choripan a la salida.
No se llenó la plaza de gente que apoyaba las medidas económicas del gobierno, como desde Casa Rosada insisten. Muchos llegaron porque compraron la propaganda de defender la democracia en Plaza de Mayo. No fue en vano que las excesivas publicidades de último momento apuntaron a conmover contra los “Cuatro señores que quieren desabastecer al país”: los que no tienen recursos, son los que más sufren la escalada de precios y fueron ellos mismos quienes llegaron a agolparse en Balcarce 50 de espaldas al Cabildo, a diferencia de lo que fue en el 1810 que Cristina quiere recordar en el Pacto del Bicentenario.
El discurso fue predecible, aunque se esperaba algo más; muchos pensaron que iba a ser un día histórico, pero fue más de lo mismo. La verborragia llegó después del intento de conmover con el “fue sin querer”; el repaso histórico de su currículum no incluyó que votó la reforma constitucional que permitió a su marido perpetuarse en la gobernación de Santa Cruz y saltar a la presidencia para luego, en un peculiar enroque, dejarla a cargo del báculo.
Veinticinco minutos duró el discurso. Suficientes para que los movilizados se alejen a su término mucho más rápido de lo que llegaron. El espíritu fervoroso fue aplacado por los 10 grados de la tarde, que no invitaban a mojar los pies en la fuente histórica de los descamisados. O quizá el fervor era distinto. O quizá sólo era el choripan que se les enfriaba.

lunes, 16 de junio de 2008

Sospecho que no sospechamos

(Por Diego Bogarín)

Marx, Freud y Nietzsche son los padres de la sociedad de la sospecha. Hoy, comenzamos a construir nuestras opiniones despues de los noticieros o al terminar el hojeo del diario. Las ideas de a poco se van matando, contra lo que afirmaba Sarmiento que parece que también en esto se equivocó.
Tenemos la capacidad de formular pensamientos y posturas críticas frente al discurso que tratan de instalar los que manejan la construcción de la realidad (léase intereses mediáticos, intereses privados o públicos, gobierno u otros), pero ¿cuánto aprovechamos los medios que tenemos para alcanzar esa capacidad crítica?
Encontrar personas cada vez menos interesada en investigar pero con ganas de salir en la tele puteando a la presidente o de criticar a los ruralistas en los grupos de correo, es casi sinónimo de que ganaron quienes tenían más recursos para instalar su posición en “la gente”…si es que existe ese monstruo amorfo que llaman “la gente”.

Los conflictos no tienen buenos y malos, eso es sabido de antemano: si el escenario de discusión tiene reglas de participación, es obvio que quiénes son los agentes que participan buscando o no tomar parte de la distribución del capital económico, adquiere un lugar preponderante:

*La presidente ha demostrado una y otra vez en medio año que no le tiembla el pulso para imponer su idea a cualquier costo. No ha cambiado en nada el modelo de su antecesor. Y la distribución de la riqueza, sólo es parte de un discurso. El federalismo, ni eso. Misiones, por ejemplo, no será prioridad ni aún teniendo gobernadores condescendientes como los que ha tenido durante 20 años -siendo generosos- y ninguna provincia lo será en realidad hasta que personalistas como los Kirchner y sus predecesores –con sus empresas y las que financian campañas- sigan ejerciendo el Poder Ejecutivo Nacional.

*La Sociedad Rural no pierde con la retención porcentual de sus exportaciones, sólo gana menos. Coninagro, Confereración y Federación Agraria, juegan por lo que han ganado en los últimos años. El dólar alto es un buen negocio para vender, pero su maquinaria e insumos también sufrieron modificaciones en alza con respecto a la década anterior.

*Alrededor de 10 millones de personas se informan con el grupo Clarín en el país: Multicanal, Cablevisión, Canal 13, TN, TyC, Metro, Magazine –varios canales en provincia de Bs As y Córdoba-, Fibertel, Arnet, DirecTV, Diario Clarin en Capital y otros del interior –La Voz en Córdoba y Los Andes en Mendoza en sociedad con La Nación, por ejemplo- son parte de la maquinaria interesada en mantener el monopolio comunicacional que el gobierno quiere volcar a favor del grupo Telefónica –propietaria de Telefé y Grupos Editoriales como Atlántida y otros-, que ya ha empezado conversaciones para que se apruebe la norma de televisión digital europea, frente a la norma norteamericana en la que ya ha invertido Clarín invirtiendo en elementos que funcionan exclusivamente con esa modalidad. La ley de Radiodifusión que comenzó a discutirse no es otra cosa que eso. Hay que saberlo para entenderlo.

Lo que se entiende como “Opinión Pública”, es el resultado del trabajo diario de las empresas que construyen la realidad que les conviene recrear. No hay que dejarse convencer por demostraciones estúpidas de manifestaciones rentadas ni por palabras pronunciadas enérgicamente en un corte de ruta y menos por pantallas feministas que esconden políticas demagógicas para retener el poder. La anarquía como bien utópico es inalcanzable: las instituciones son imprescindibles, pero deben ser bien administradas o de lo contrario se llega a la crisis social a la que nos estamos encaminando.

Con la política no se juega. Maquiavelo decía que hay tres clases de gobernantes: los que saben gobernar, los que no saben pero saben que no saben y los que no saben pero creen que saben. Cuáles creen que tenemos nosotros? La respuesta no es una sola ni tendrá la verdad absoluta, pero el sinceramiento ayudará a salir de este pozo en el que no queremos caer.

sábado, 14 de junio de 2008

Legislación y media

(Por Diego Bogarín)

Tratar una nueva Ley de Radiodifusión es una posibilidad de cambiar las reglas del juego. Pero ¿a quién beneficiar ahora después de tres décadas en las que los grupos económicos operantes han logrado el control hegemónico de la construcción de la realidad gracias a favores políticos de la legislación de los gobiernos de facto?

La industria cultural manejada por las grandes empresas nacionales e internacionales que componen el escenario mediático en Argentina ha extirpado la identidad de los pueblos y, por consiguiente, de los medios del interior, que ni llegan a ser competencia sino empresas serviles del control. Los pocos resistentes, no son vendidos por acuerdos entre los medios concentradores de mano de obra y los sindicatos de canillitas y, así, deben encontrar refugio en formatos digitales menos masivos.


La dominación territorial y política ejercida por Buenos Aires sobre el interior se aplica análogamente a toda práctica y teoría que atraviese el modelo seudo-federal, no sorprende que en el exterior el argentino sea reconocido por el tango y el obelisco y no por el chamamé y el monumento a la bandera. Desde esa construcción bicentenaria, es impensable una posibilidad evasora al centralismo si no es apuntalada por las leyes que comiencen a tratarse, entre las que figura la que regulará la actividad de la prensa electrónica.


El debate no fue abierto de manera genuina, eso es evidente: los debates no publicados entre empresarios comunicacionales y el gobierno, apuntan a la continuidad del modelo vigente, pero con nombres distintos. La utilidad que encontró la dictadura de los ’70 en los mass media para disimular lo indisimulable de otra manera, no difiere mucho de la que pretende encontrar el gobierno contemporáneo en los que se presenten como mejores postores para la defensa de la actual gestión.


Las zonas de frontera son zonas de conflicto. En ellas, la penetración cultural de países como Brasil o Paraguay sólo puede compararse a la que la Capital del país ejerce sobre el conurbano, pero también los resentimientos generados son similares a los encontrados a la vera de la avenida General Paz, la escisión entre las Argentinas.

La profesionalización de los recursos humanos, la transparencia del financiamiento y la conformación de los órganos directivos de las empresas dedicadas a la comunicación, deberán ser tan importantes como la correcta distribución regulada por cuerpos colegiados de los fondos estatales destinados a propaganda gubernamental. Son procesos de sinceramiento adeudados y postergados adrede y manejados como chantajes para el muestreo deshonesto de “qué es lo que pasa”.



Los medios como herramienta, como factores de dominación o como mensaje, deberían ser regulados por normas que empiecen a privilegiar la corrección del monopolio no sólo empresarial, sino también cultural, para abrir un espacio de debate en el que no sean las voces porteñas las que concentren la argumentación y la construcción de identidad.

Represión Policial

(Por Matías Rojo)

Cambió el gobierno de turno, cambiaron los protestantes movilizados a las rutas, cambiaron los motores de su propuesta, pero las consecuencias siguen siendo las mismas. Acaso no estamos ya cansados de que repriman la protesta? Es que años de represiones y censura no sirvieron para aprender nada? Hace mas de 10 años cuando quienes protestaban eran los pobladores y trabajadores de Cutral-Co, tal vez ninguno de nosotros sintió propio el reclamo, pero a caso alguno apoyaba la represión? Cuando eran nuestros maestros de primaria, no nos parecía inconsevible la idea de que los repriman? hace mas de 10 años de eso, y es el día de hoy que algunos de ellos todavía tienen causas penales por defender sus derechos, sus ideas, por defender lo que ellos creían justo. Cuando en el 2001 estábamos todos en las calles, cuando no había distinción de ideologías ni creencias, en ese mismo momento en el que el pueblo ARGENTINO era uno solo, aun en ese momento, volaron gases, aparecieron los escudos y los palos largos. Sin tapujo alguno el gobierno de turno de ese momento encontró en las fuerzas policiales un brazo duro que les daba su violento apoyo. Es que ninguno pensó alguna vez que tal vez íbamos a ser nosotros quienes por algún motivo somos las víctimas de esos golpes? Que íbamos a ser nosotros quienes corren por las calles de nuestro país porque esa policía, esa gendarmería o prefectura que deberían protegernos y brindarnos seguridad, no nos dejan expresarnos? Nos censuran? Qué estamos esperando para decir basta? Para que los gobiernos dejen de reprimir, de castigar a todos aquellos que les rompen los esquemas? ¿Somos consientes de que ya estamos cerca de terminar dos décadas en la que cada protesta masiva conlleva a una movilización de algún grupo "antidisturvios"? ¿Somos consientes que no importa cual es el gobierno de turno, no importa si es radical, si es peronista o no, no importa su genero y tampoco importa quien este del otro lado, no importa si son trabajadores petroleros, si son docentes, si son empleados público, si somos TODOS como en el 2001 o si son la "oligarquía agraria" sociedades rurales, agrarios, chacareros o cualquiera sea el nombre que le quieras poner, al final no importa... IGUAL TE CAGAN A PALO Y TE LLEVAN EN CANA? Pero es que nuestra sociedad no esta cansada ya de esas cosas? es que los gobernantes no se dan cuenta de eso o somos nosotros quienes no somos explícitos en el repudio a la violencia y a la criminalización de la protesta? Sea como sea, creo que la etapa de la represión ya deberíamos tenerla todos superada, y no digo olvidada, digo que: ¿No es hora que se terminen las corridas, las palizas y demás? no es una etapa que ya sufrimos? digamos BASTA, hasta cuando? Somos consientes que podemos compartir o no la protesta ajena, hasta la podemos repudiar, pero por eso tienen que ir los uniformados a cagarlos a palo? A caso si somos nosotros, los estudiantes de la educación publica las víctimas de la represión, los alumnos de la UCA apoyarían la represión? y si fuese así, seria justo ? Esto que escribo no es en apoyo al campo, es que me parece inaceptable que sigamos viendo día a día las mismas acciones fachas en los noticieros. Se tienen que terminar los castigos a las protestas.